Papá Noel y el ratón

Resumen

La historia narra una noche de Navidad en la que Papá Noel visita una casa para llenar las medias de los niños con regalos. Durante su tarea, se encuentra con un ratoncito despierto que lo observa curioso. Santa Claus lo recibe amablemente y le invita a quedarse a mirar mientras trabaja. El ratón, mostrando ingenio, sugiere que aún hay espacio para una cosa más en las medias. Santa, divertido, acepta el desafío y le permite probar. El ratón ingeniosamente muerde un pequeño agujero en la punta de una media y hace una broma al respecto. Papá Noel no puede evitar reírse y como recompensa, promete un queso navideño al ratón por su ingeniosidad. La historia resalta la sorpresa y la jovialidad que traen la Navidad, además de enseñar una lección de ingenio y humor.

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Érase una noche de Navidad, cuando Papá Noel hizo una parada en cierta casa para llenar las medias de los niños. Mientras lo hacía, se sorprendió al encontrar un ratoncito despierto y observándolo. Santa saludó calurosamente al ratón y dijo: 

—Feliz Navidad, amiguito.

El ratón respondió: 

—Lo mismo para usted, señor.

Santa, encontrando divertida la presencia del ratón, dijo: 

—Eres muy bienvenido a quedarte y mirar.

Mientras Santa llenaba las medias con juguetes, declaró con orgullo que no podrían contener nada más. Pero el ratón tenía otras ideas. Con un brillo en los ojos, sugirió cortésmente que había una cosa más que podría meter en las medias. Santa, pensando que el ratón estaba bromeando, se rió y dijo: 

—¿No sé cómo llenarlas? Pienso que con todos estos años que llevo llenando medias, debería haber aprendido el truco.

Luego, Santa le lanzó un desafío al ratón y le dio permiso para intentar colocar una cosa más en el calcetín. El ratón, con una risita, se acercó sigilosamente al calcetín y mordió un pequeño agujero en la punta del calcetín. Luego miró a Santa y dijo: 

—Ahora, por favor, buen Santa Claus, he puesto una cosa más. Porque reconocerás que ese pequeño agujero no estaba allí antes.

Santa no pudo evitar reírse de la ingeniosa broma del ratón y le prometió un queso navideño por su ingenioso truco. Y, si alguien alguna vez dudaba de la veracidad de esta historia, Santa podía mostrarles la misma media con el agujero que había roído el ratoncito.