Los perros y las pieles

Resumen

Este relato aborda una fábula sobre un grupo de perros hambrientos que descubren unas pieles al fondo de un arroyo, dejadas por un curtidor para remojarse. Los perros consideran las pieles como un buen bocado, pero el agua profunda del arroyo les impide alcanzarlas. Para resolver el problema, deciden tener un consejo y concluyen que la mejor solución es beber el agua del arroyo hasta bajarla. Intentan llevar a cabo su plan lamiendo el agua tan rápido como pueden, pero, a pesar de sus esfuerzos y después de beber tanto que terminan explotando, el nivel del agua nunca disminuye. La fábula refleja el absurdo de intentar resolver problemas con estrategias ineficaces, ilustrando las consecuencias de no pensar antes de actuar.

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Algunos perros hambrientos vieron varias pieles en el fondo de un arroyo donde el curtidor las había puesto a remojar. Una buena piel es una comida excelente para un perro hambriento, pero el agua era profunda y los perros no podían alcanzar las pieles desde la orilla. Así que celebraron un consejo y decidieron que lo mejor que podían hacer era beberse el río.

Todos empezaron a lamer el agua lo más rápido que podían. Pero aunque bebieron y bebieron hasta que, uno tras otro, reventaron de tanto beber, a pesar de todo su esfuerzo, el agua en el río permaneció tan alta como siempre.

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