La liebre y sus orejas

Resumen

Esta historia nos presenta a un león que, tras ser herido por los cuernos de una cabra que intentaba devorar, decide expulsar a todos los animales con cuernos de su territorio. Esta orden llena de temor al resto de las bestias, especialmente a aquellos desafortunados que poseen cuernos. La liebre, animal sin cuernos, siente una ansiedad desmedida debido a la situación. A pesar de no ser un objetivo directo del decreto del león, la liebre experimenta una noche inquietante llena de sueños aterradores. Al despertar, observa cómo la sombra de sus largas orejas podría ser confundida con cuernos, lo que incrementa su pánico y decide marcharse con prisa. Esta narración ilustra cómo el miedo y la inseguridad pueden afectar incluso a quienes no son directamente amenazados, mostrando una lección sobre las reacciones ante el poder y la autoridad.

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El león había sido gravemente herido por los cuernos de una cabra que estaba comièndose. Se enojó mucho al pensar que cualquier animal que eligiera para comer fuera tan descarado como para usar cosas tan peligrosas como cuernos para arañarlo mientras comía. Así que ordenó que todos los animales con cuernos salieran de sus dominios dentro de las veinticuatro horas.

La orden sembró el terror entre las bestias. Todos aquellos que tuvieron la mala suerte de tener cuernos, comenzaron a empacar y mudarse. Incluso la liebre, que, sabemos, no tiene cuernos y por tanto no tenía nada que temer, pasó una noche muy inquieta, soñando espantosos sueños sobre el temible león.

Cuando salió de la madriguera a la luz del sol de la mañana y vio la sombra proyectada por sus largas y puntiagudas orejas, un terrible susto se apoderó de ella.

«Adiós, vecino grillo», dijo. “Me voy. Él ciertamente se dará cuenta de que mis oídos son cuernos, sin importar lo que diga».

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