Balada Nupcial

Resumen

Balada Nupcial narra el conflicto interno de una mujer que, en el día de su boda, se presenta como feliz pero en realidad está profundamente afligida por la memoria de un amor perdido. Aunque lleva el anillo en el dedo y una corona en la frente, y su nuevo esposo la ama, su corazón se estremece al recordar al difunto Elormie, quien murió en batalla. Atrapada entre el deber y el duelo, acepta el matrimonio como un acto cumplido, pero su alma se siente atrapada en un sueño incierto, temiendo haber cometido un error y que su amado fallecido no haya hallado la paz. El poema explora la culpa, la autoengaño y la imposibilidad de cerrar verdaderamente el ciclo del dolor.


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El anillo está en mi dedo y la corona sobre
mi frente; he aquí que poseo rasos y joyas en
abundancia, y en el presente instante soy feliz.

Y mi Señor me ama bien; pero la primera vez
que pronunció su voto sentí estremecerse mi
pecho, porque sus palabras sonaron como un
toque de agonía y su voz se parecía a la de aquel
que cayó durante la batalla en el fondo del valle,
y que es dichoso ahora.

Pero habló de modo de tranquilizarme y
besó mi frente pálida. Entonces un delirio vino
y me transportó en espíritu al cementerio. Y
pensando que mi Señor era el difunto Elormie,
suspiré por él que estaba delante de mi: ¡oh
yo soy dichosa ahora!

Así fueron pronunciadas las palabras, y así
fué empeñado el juramento. Y aunque mi fe
se haya apagado, y aunque mi corazón llegue
a quebrarse, he ahí la dorada prenda que prueba
que soy dichosa siempre.

¡Quiera Dios que pueda despertar! Porque
sueño no sé cómo. Y mi alma se agita dolorosamente
en el temor de haber hecho mal, en
el temor de llegar a saber que el muerto abandonado
no es feliz ahora.